Yo vivía ahí.
Cada persona era un lugar, un dibujo,
Una simetría perfecta entre decir aquí.
Y estar en otro lado.
Sucede que en realidad existo, soy de nombre y apellido: Gustavo Cuando. En la soledad de los días me transformo, me sueño a mí mismo entre abismos sin vértigo y labios llenos de vació, mi angustia se mide por horas y yo mido en kilómetros el vació y la inutilidad de vivir, me describo como el instante, pensamientos de mi que no tendrán mañana,prediciendo mi pasado las palabras atraviesan mi silencio.