jueves, abril 24, 2008

Estertor.




Es ahí en ese tiempo interrumpido

que una mariposa sin rostro

teje burbujas en sus pulmones

que no la dejaran respirar mi aliento.

miércoles, abril 23, 2008

Época de Gula.



Ella no deja de seguir al insecto con la mirada, el aleteo de sus alas agita mi respiración, nos observa, ella se pierde en el como en mis palabras, sus ojos lo siguen disimuladamente, su lengua cruza rozando delicadamente mi oreja, devorando el insecto que perturba el ruido que lleva mi voz. Instintivamente tiro el cuerpo atrás, su boca saborea el insecto, lo ensaliva despacio, se le escucha crujir chocando entre sus dientes, el carmín de sus labios se desvanece conforme su saliva se derrama en su blusa, me toma de la mano, me acerca a su pecho, suavemente acaricia mi rostro, me llama caracol con una voz muy baja, lame mis dedos, la palma de mi mano, se atranca en mi boca, introduce su lengua aprisionado la mía hasta arrancarla, sus manos hacen un boquete en mi estomago, sacando mis viseras, sin ningún ruido, su mirada perdida sobre mi cuerpo, mas que en mi mismo. Su silencio en mi pupila existe.

Del principio.

Rompo con todo,
a esta hora en el sitio distante en el que no me acuerdo de mi estando dentro de mi mismo,
me burlo de las sombras que dejo en el andar cansado de los días que han pasado
como recuerdos, se atragantan en mi boca todos los nombres,
hago un mapa de caras y cuerpos, me dedico a buscarte todavía,
pues albergo alguna no existencia de ti.
Es necesario reinventar el mundo día con día,
caminar sobre las palabras que uno va escupiendo en su silencio,
ser de carne y de papel, de la rama del árbol y de la fruta caída,
imaginar vientos de mas de noventa nudos cuando uno cierra la puerta
y salir con la marejada aunque no se tenga paraguas.

Instrucciones para Miles Davis.

Contar los ácaros de la cama uno a uno
formando filas de cinco
A los mal portados castigarles
bañándoles de lagrimas frías
Secar con una imagen lunar la saliva regada por el piso
Desgarrar la piel hasta llegar al hueso
Introducirse poco a poco
Despacio sin prisa alguna.
Hasta quedar dormido dentro de uno mismo.

Hasta que el otoño lo marchite.

Todo atrae a tu antojo de muerte.
un sonido cruza la pupila.
Comienza la lluvia
las hormigas dibujan levemente el aire que acaricia tu cara.
Resguardo tu pezón egoísta
con todo lo que alguna vez fue ser,
Lamo dentro tu vulva enamorada.
Tu pudor aprieta mi garganta:

Me asfixia.

Me traga.