Un hombre viaja dentro del vagon de tren
con una jaula dentro de una bolsa
el tren llega a la siguiente estación terminal
todos descienden de la jaula.
El hombre cierra su bolsa y sigue avanzando.
Sucede que en realidad existo, soy de nombre y apellido: Gustavo Cuando. En la soledad de los días me transformo, me sueño a mí mismo entre abismos sin vértigo y labios llenos de vació, mi angustia se mide por horas y yo mido en kilómetros el vació y la inutilidad de vivir, me describo como el instante, pensamientos de mi que no tendrán mañana,prediciendo mi pasado las palabras atraviesan mi silencio.
Un hombre viaja dentro del vagon de tren
con una jaula dentro de una bolsa
el tren llega a la siguiente estación terminal
todos descienden de la jaula.
El hombre cierra su bolsa y sigue avanzando.
Y usamos las palabras para marcarnos el uno al otro
des-pertenecer-nos
Y la voz para buscarnos a tientas de la noche eterna
Mi miseria se puede engullir en un trago de soledad
Y la gruta de huesos está guiada por el brillo en sus ojos
no hay lagrima más emotiva, que la que se crea en los silencios
Y Me quedo tus ojos esta noche
para compartir un ultimo sueño juntos.
Vertiendo cera caliente en las cuencas de mis ojos.
Ha tirado la tiza poco más allá de tres saltos.
-Acudo a su sombra, lamiendo con rencor sus encías-
En su garganta crecen arboles, donde habitan aves rapases
Que vuelan la tarde con la indiferencia del sueño.
Da otro salto y de entre sus piernas caigo,
desprendiéndome de su interior,
Me cubre un silencio de ayeres hace tiempo,
Y de soledades que no tendrán mañana.